Juguete a cuerda

Sus zapatos de plástico quedan atrás,
y su cuerpo se rehúsa a seguir siendo su cuerpo,
la boquita pintada no sonríe
y las rodillas rígidas
corren detrás tuyo en la noche y no avanzan.

Decirte lo que no pudo decirte
que no puede decirte,
que podría decirte

si en lugar de dar cuerda,
a su cabecita de eco,
la supieras viva.

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