Eterna risa

Oculta entre las flores
escondió su rostro en las palmas y se echó a reír.
En aquel sonido se inspirarían todos los pintores
que trazan carcajadas, sin poderlo reproducir.
Inmaculado el paisaje que supo contenerla
en la alegría sempiterna con aroma a jazmín,
y el calor que se posó en su piel para absorberla
en un momento que no tuvo fin.

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