Sin aire para volver

Es la noche, los colmillos, el precipicio,
las yemas de mis dedos casi rozando su voz, casi.
La deliciosa pesadilla de poseer demasiado en manos pequeñas,
de asomarme apenas y ser suya al segundo
 soy boquita tentada, mentón tomado
 que al amparo de lo pendiente
le da todo y con todo se queda,
lo ahogo con lágrimas y así lo confundo

para tener una angustia que justifique el miedo
de ir a lo oscuro de un océano de estrellas

sin aire para volver.


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