Sombría vieja
Mientras sus manos son dos arañas
cuyas patas me recuerdan sus pestañas,
las grietas de su piel son las del mundo
y han cavado aún más profundo.
Con su mirada loca y fugaz,
de la huida perfecta es capaz
porque ni el sol ni la luna,
ni luz alguna
la quiere señalar de lejos,
y en la noche, se le escapan los espejos.
cuyas patas me recuerdan sus pestañas,
las grietas de su piel son las del mundo
y han cavado aún más profundo.
Con su mirada loca y fugaz,
de la huida perfecta es capaz
porque ni el sol ni la luna,
ni luz alguna
la quiere señalar de lejos,
y en la noche, se le escapan los espejos.
Le quedó uno, el más fiel:
los ojos de aquél
que le dijo: "Al abrir tu boca y decir una rareza
tus palabras son tibieza;
Café, susurro, caricia y manta.
Amiga, tu dulzura es tanta
que a los tontos los espanta".
los ojos de aquél
que le dijo: "Al abrir tu boca y decir una rareza
tus palabras son tibieza;
Café, susurro, caricia y manta.
Amiga, tu dulzura es tanta
que a los tontos los espanta".