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Mostrando entradas de septiembre, 2016

Huir del secreto

“La quietud es mi nueva personalidad”; derramada en el césped, en la claridad siento llover aroma a bosque, dentro mío mientras las hojas barnizadas de río goteando sobre mi cabello, caen. Susurran un secreto, pues un secreto traen y todo el resto es nada entre la arboleda cuando esto que no quería saber, queda; y huye mi alma a través del bosque abandonando mi cuerpo inerte que sólo podrá contemplar lo que ella toque en su errado y temeroso camino, sin final, ni pausa, ni destino. 

Expectativas

Floreció su importancia en tu pecho un sentimiento, y en medio del helecho en que se perdía tu bondad limpió el aire con su férvida autoridad justo antes de que esperaras inocentemente que te correspondiera en cuerpo y mente. Cuando alguien ama y contempla de una flor lo más simple no debería esperar que lo ame y lo contemple.

Algo así como un logro personal

          Al día siguiente, un ruiseñor apareció en su ventana, a los pies de su cama. Siempre adoró las aves. Aún estaba acostada. Abrió los ojos por primera vez en el día y lo vio allí, dando saltitos. Lentamente, deslizó las sábanas que la cubrían hacia un costado y, en silencio, como un depredador, se acercó a la ventana para abrirla sin asustarlo. Seguía ahí. Estaba arrastrándose ridículamente. Levantó el brazo sin mirar, su mano alcanzaba el costado del marco de la ventana y la abría cautelosamente. Entonces se alejó por lo bajo, ya sobre el suelo como flotando, observando cómo el ave miraba primero a su alrededor y entraba a su habitación alarmantemente. Dio un paseo fugaz casi rozando el techo, sobresaltado y grácil, y desapareció por donde llegó, volando con la belleza natural del pájaro. Fue algo así como un logro personal.

Por viajar en el tiempo y sostenerte, desespero

Por viajar en el tiempo  y sostenerte, desespero brillo de los ojos de tu madre, recién nacido, y durante esa primera sonrisa, primer llanto duradero, primer esbozo de palabra que ha salido de tus labios, invisible, quiero verte. Introducirme al niño que se divierte, que lleno de dicha, curioso, solía habitarte y que, aprendiendo a vestirse solo, a cantar una canción, a escribir su nombre o hacer de garabatos un arte te enseñó que con esmero no tenés limitación; y preguntarle con respeto y admiración, cuál es su juego favorito. Quiero sentirme pequeña, como una mariposa reír junto a su risa, gritar junto a su grito, respirar el perfume de su inocencia siempre anhelando con el último suspiro de mi alma, fervorosa que me quiera con vehemencia. Por viajar en el tiempo y sostenerte, desespero, porque encuentres contención en las alas de mis manos, de tu llanto hacer la fuente más bella, y de lo más sincero de tus ojos de agua, fascinarme. Po...

Un sueño hecho realidad

        El automóvil cada uno o dos minutos da un salto debido a las calles pedregosas que forman el mapa del pueblo, y la risa de Lina se intensifica cada vez; entonces, los cinco pasajeros se despegan del asiento tan sólo un poco y al mismo tiempo. La brisa va jugando con el pelo de ella, la mujercita sentada detrás, junto a dos muchachos; y hace globos con formas graciosas al abultar sus camisetas.         Mientras esto sucede, la misma joven duerme plácidamente en un sofá floreado, con una mano sosteniendo su rostro y la otra sutilmente tomando la almohada. La gente va llegando para rodear su silencio, su burbuja airosa de ideas creativas que suben de a multitudes a su mente como a un tren, con artilugios en su equipaje, para bajar del sueño luego de concretado su papel ¿Quién diría que alguien fuera capaz de dormir con semejante despliegue? Al fin y al cabo, se trata del escenario de un teatro, donde actores y personal traen...